Estrés: cómo identificarlo y combatirlo
El estrés es un estado de tensión física y/o emocional que se genera como reacción a una presión en el organismo. Las situaciones que pueden llegar a producirlo se llaman estresores y, al igual que sucede con los nervios, no tienen que ser necesariamente circunstancias negativas. Algunos ejemplos de esto son eventos sociales como las bodas o graduaciones, así como ciertos sucesos importantes para nuestro futuro como la compra de una casa o propiedad, el emprendimiento de un negocio o la admisión a la universidad, entre otros.
Otras causas comunes del estrés y que tienen una connotación más negativa pueden ser el exceso de trabajo o actividades escolares, las presiones sociales, las dificultades en las relaciones interpersonales, los problemas económicos o familiares, el desempleo y en general, cualquier otra situación en la vida que pueda dificultar nuestro día a día.
Síntomas del estrés
Es importante recordar que el estrés no tiene que ser siempre algo malo o perjudicial, puesto que también puede llegar a motivarnos ante circunstancias específicas, como aquellas que nos reten o que sean nuevas para nosotros. Sin embargo, y como podrás percatarte, sus causas son circunstancias completamente comunes y que todos podemos experimentar en cualquier momento.
Por esta razón, es muy importante que aprendamos a combatir el estrés o, de lo contrario, nos encontraremos en esta condición de manera frecuente, hasta el punto de afectar nuestro estado de ánimo, calidad del sueño y salud. Esto se debe a que puede derivar en padecimientos como depresión, insomnio, insuficiencia cardiaca, presión arterial alta, entre 1.
Sin duda, el primer paso para controlar el estrés es la aceptación. Sé honesto contigo e identifica aquellas situaciones que te hacen sentir intranquilidad. Algunos de los síntomas del estrés son: dolor de cabeza o muscular, fatiga, problemas para conciliar el sueño, sentirse abrumado/a, irritable, triste o con falta de motivación para realizar las actividades del día. Asimismo, se pueden presentar arrebatos de ira, cambios en la alimentación (comer de más o menos de lo normal) y aislamiento social, entre otros.
Consejos para el tratamiento del estrés
El siguiente paso es poner manos a la obra y comenzar a implementar algunos cambios que pueden contribuir al control del estrés, aumentando tu relajación en tu día a día2:
- Date tiempo para ti: no te sobrecargues de tareas, haz un espacio en tu agenda y también prioriza aquellas actividades que te gustan, disfrutas hacer y te hacen sentir bien: cocinar, bailar, correr, aplicarte una mascarilla, teñirte el pelo, pintarte las uñas… Sin duda esto marcará una diferencia en tu día y te ayudará a relajarte.
- Aprende a decir que no: establece límites, si ayudar a alguien que estimas mucho en algún trabajo o tarea va a implicar que tu nivel de estrés incremente, no lo hagas. Esto también aplica para situaciones estresantes, por ejemplo, saltar de un paracaídas. Si todos los demás lo harán menos tú, ¡no pasa nada!, tu salud mental y tranquilidad son primero.
- Sé más positivo/a: Lleva a cabo tus tareas diarias con una mejor actitud, esto te permitirá ver y tomar desde otra perspectiva aquellos acontecimientos que sucedan a lo largo del día, atrasando la llegada del estrés.
- Deja de intentar controlar todo: preocúpate solo por lo que tú puedes cambiar y olvídate de aquello en lo que no tienes control o posibilidades de modificar.
- Realiza actividad física: el ejercicio es una de las mejores alternativas para lidiar con la presión acumulada y liberarla. Además, con la actividad física el cerebro libera diversos químicos que pueden ayudarte a sentirte mucho mejor.
- Intenta técnicas de relajación: los métodos de respiración profunda justo en los momentos de estrés o la meditación antes de dormir pueden ayudarte a encontrar la calma con mayor facilidad.
Y, por supuesto, pide ayuda si lo necesitas. Desde el consejo de un amigo hasta una terapia psicológica. Lo que sea que requieras y consideres que te ayudará a estar tranquilo/a. Incluso, valorar cómo combatir los síntomas del estrés con comprimidos o pastillas relajantes puede ser una opción, por supuesto, siempre tomando en cuenta que deben utilizarse con un apoyo adicional o complemento a las distintas acciones anteriormente mencionadas y otras que también pueda recomendarte tu médico de cabecera en caso de consultarlo.
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Fuentes de referencia: